Sobre mí

Conoce la historia detrás de mi pasión por ayudarte a crecer

Rafa Lafuente
Rafa Lafuente

Transformando vidas con empatía, experiencia y propósito.

En resumen

Más de una década ayudando a personas y parejas a construir relaciones auténticas y plenas, y acompañando a los padres para educar a sus hijos en aquello que resulta más difícil y más importante: que sean capaces de querer y que los quieran para siempre

Rafa Lafuente
Desde 2004

Mi historia

Me llamo Rafael Lafuente, nací en 1986 en la Mancha y aquí sigo viviendo. Me casé en 2013 con Diana y con ella he tenido a Clara, Lucas, Inés e Isabel.

He aceptado la doctrina católica sobre la sexualidad desde que, jovencito, leí la Humanae vitae y me cautivó.
Las sucesivas cesáreas de mi mujer, más que hacer tambalear mis convicciones, han sido ocasión para poner en práctica la formación que, afortunadamente, recibí. Cada prueba personal, pero también cada situación difícil, dolorosa o extraña de las muchas que podido escuchar y acompañar en todos estos años que llevo dedicado al asesoramiento en cuestiones sexuales, me convence aún más de que hay una verdad sobre la sexualidad humana que merece la pena conocer, que obviamente la vivencia equivocada de la sexualidad deja huella, y también que toda herida puede ser sanada o, al menos, acompañada.

El sexo es una realidad tan alta que tenemos que hacerlo al 100 % y tenemos que educar a nuestros hijos de tal manera que quieran lo mismo. No podemos conformarnos con menos.

Que un joven sin redes sociales (en el momento de lanzar esta web) haya compaginado su trabajo a jornada completa como profesor de Lengua española y literatura con dar unas 100 charlas sobre sexualidad al año en los últimos años se ha debido, creo, a mi empeño por explicar con convencimiento, claridad y concreción, con ejemplos y anécdotas que funcionan, la naturaleza del amor sexual humano. Bueno, y también se ha debido a estar casado con Diana. Pero eso no es, para nada, mérito mío.

He hablado de sexualidad a matrimonios católicos en parroquias y en colegios de fuerte inspiración cristiana, pero también a madres solteras usuarias de comedores sociales; he estado hablando de sexo con personas célibes (personas que no van a casarse porque le han entregado su sexualidad a Dios) y con alumnas de formación profesional que estaban ya viviendo con sus novios («parejas» o «compañeros» los llaman ellas) sin casarse; he dado la misma conferencia a parejas jóvenes y a matrimonios mayores, a solteros y a casados, a creyentes practicantes, creyentes no practicantes y a no creyentes. De todos he aprendido y a casi todos, al explicarles mi visión de la sexualidad, creo que les he ayudado.